¿Quién no se ha enamorado al destello de una mirada o al calor de beso? ‘¿quién no ha pasado horas pensando en aquella persona especial por la que siente amor?
Es que el amor es un sentimiento que inunda la vida de felicidad, que permite que el ser humano se acerque a lo sagrado, a lo mágico.
En la entrañable obra titulada Retablos de Valle de Bravo, de nuestro paisano Gustavo G. Velázquez, se aprecia la manera tan sublime y especial con la que hacía referencia al amor, de cómo se vivía y se sentía este dulce sentimiento a través de los ojos de la infancia y de la inocencia; el amor, magnifico sentimiento que hace latir los corazones y llena de nubes y flores de colores los pensamientos de hombres y mujeres, se vive y siente de distintas maneras, pero que perdura a través de la memoria de los tiempos en la vida de cada persona.
Es interesante mostrar la majestuosa y sencilla manera con que Don Gustavo G. Velázquez, describía el amor en aquellos tiempos de su infancia, cuando escuchaba la serenata de los hombres enamorados:
…“Entonces sonaba el rasgueo de la guitarra y la noche entera temblaba de emoción, recuerdo aquella dulce melodía en la voz expresiva de un galán:
Las calles están desiertas,
Las nubes vagan perdidas,
Están las aves dormidas y
Las estrellas están despiertas.
Levántate y si te miro
Mi ardiente amor te confieso
En el vaivén de un suspiro,
En lo arrullos de un beso
Había en el canto un sentimiento de amor tan intenso, que al volar por la noche, estremecía los corazones hasta de quienes jamás habíamos tenido la oportunidad de saber qué cosa era el amor y que afectos nacen entre los novios.
¡Oh, las canciones de amor y los sentimientos que anidaron en otro tiempo, como palomas bajo el alero de las casas de mi pueblo!
¡Oh, la ternura de los enamorados que convierte en luz la tiniebla y hace fuego de colores en la sangre de los jóvenes!
Se diría que cuando el hombre y la mujer se aman, las lágrimas no son salobres, ni el dolor punza, ni la herida sangra. Se diría que las insatisfacciones son, nadamas, etapas de una entrega en la que ha de florecer para siempre, y por ventura, el dulce afecto del que nadamas somos capaces los humanos. Por eso cuando de la rústica garganta salía aquel canto que jamás olvide, lo imposible parecía tan ficticio que las estrofas eran, o se antojaban, un pretexto hermoso para que se estrellaran los besos en la noche. Al concluir un arpegio iba dando vuelos por la noche y se confundía con el rumor de las hojas estremecidas por el vientecillo, y la tiniebla parecía perder cuanto tenia de medrosa. En mi Valle de Bravo de entonces el amor era un sentimiento que se escondía en los corazones y en las entrañas, como se hunden las raíces en busca de la sabia.
Quizás por eso añoro aquellas noches que, niño, sin compartir las angustias de los enamorados, escuchaba el rasgueo de las guitarras, y sentía la fiebre de las voces en que se adivinaba amor del más profundo y del más limpio, como el de los pájaros, como el de las tórtolas, como el de las flores.
Amor como el de la naturaleza que brota y estalla sin que nadie pueda detenerla, porque la vida es dicha y canto, renace y perdura”.
Disfrutemos este mes en el que se festeja el día del amor y la amistad. Deseando para todos ustedes, que el amor llene sus corazones de dicha y felicidad, pues quien ama y le aman, debe considerarse afortunado, porque el amor es un regalo divino. ¡Feliz día de San Valentín!
“Un cobarde es incapaz de mostrar amor; hacerlo está reservado para los valientes”.
Mahatma Gandhi.
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