Este planeta ha sido honrado con la presencia de muchas entidades de luz a las que habitualmente llamamos maestros ascendidos o maestros de luz, pero quizás ninguno tenga la estatura ética del gran maestro de maestros, Jesús. Aquel que brindó su amor a toda la humanidad y quizás es el más amado de todos, su mensaje partió la historia de la humanidad en un pasado oscuro y en un futuro lleno de fe y esperanza, dando su vida como muestra de amor, sembrando la esperanza de la resurrección y la vida eterna.
Jesús de Nazaret, el más sublime de los seres encarnados en este planeta, sus palabras cobran cada día mayor vigencia en estos tiempos de lucha y dolor, sus acciones jamás han sido igualadas y sus mensajes de amor y verdad siguen teniendo presencia en este mundo tribulado por todos los problemas que actualmente aquejan a la humanidad que ha caído en el caos espiritual por falta de empatía y amor.
Esta semana Santa, podemos reflexionar en las grandes enseñanzas y mensajes que Jesucristo ha dejado a la humanidad, aquel ser divino que hecho hombre camino por esta tierra llevando el mensaje de amor, luz y verdad, aquel que nos dejó enseñanzas y mensajes divinos a través de parábolas en las cuales existe una enseñanza de vida.
Las palabras de Jesús el Cristo son luz que resplandece aún en las más oscuras de las tempestades, en aquellas horas de angustia cuando el alma siente que sola y perdida, en sus palabras está el consuelo y la salvación:
¡Yo soy el camino, la verdad y la vida!
Juan 14 (6-14)
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