La Sabiduria

“La sabiduría no es producto de la educación, sino de toda una vida por adquirirla”. Albert Einstein

La sabiduría es una habilidad que se desarrolla con la aplicación de la inteligencia y la experiencia, obteniendo conclusiones que nos dan un mayor entendimiento, que nos permiten entender la verdad, conocer y diferenciar entre lo bueno y lo malo. Algunas veces se toma como una forma especialmente bien desarrollada de sentido común; en realidad es un cúmulo de experiencias vividas y conocimientos adquiridos a través de toda la vida; así como de la aplicación del racionalismo, como medio de obtener conocimiento a través de la razón y lo sentidos, la intuición y la imaginación; el idealismo que se refiere a el mundo de las ideas, pues no se puede llegar a conocer algo, si primero no existe en la mente una idea de lo que se va a conocer, estas formas de obtener conocimiento son únicamente de calidad intelectual, aunado a ello esta el plano espiritual, del cual se obtienen conocimientos divinos; todo ello se une para dar forma a la más sublime de todas las aptitudes y que posa en ocasiones sobre las personas más sencillas y humildes: la Sabiduría, en la que destaca el juicio sano basado en conocimiento y entendimiento; la aptitud de aplicar el conocimiento obtenido, y el entendimiento para resolver problemas de la vida diaria, evitar o impedir peligros, alcanzar ciertas metas, aconsejar o guiar a otros. Puede decirse que una persona es inteligente, pero no por eso es sabia.

A través del tiempo, se ha definido como un sublime don, intangible e invisible; y han tratado de definirla grandes filósofos, pensadores y físicos como Galileo Galilei, quien consideraba a su vez que “la mayor sabiduría que existe es conocerse a sí mismo”. Incluso en las sagradas escrituras, el Rey salomón, se refería a ella diciendo que “El principio de la sabiduría es el temor a DIOS”.

Santo Tomás de Aquino la definía como "el conocimiento cierto de las causas más profundas de todo". Por eso, para él, la sabiduría tiene como función propia ordenar y juzgar todos los conocimientos. Frecuentemente Santo Tomás le decía al Señor, aquella oración bíblica para pedirle el don de la Sabiduría:

"Oh Dios misericordioso: Envíame la Sabiduría que asiste junto a ti. Mira que soy un ser débil, demasiado pequeño para lograr conocer qué es lo que más te agrada a ti. Sin la sabiduría que procede de ti, no seré estimado en nada. Contigo está la sabiduría que te asistió cuando creabas el mundo, la sabiduría que nos enseña qué es lo más grato a tus ojos y lo que más nos conviene hacer. Envíame tu sabiduría desde el cielo para que me asista en mis trabajos y me ilumine qué es lo que más te agrada en cada momento. Que ella me guíe prudentemente en todas mis obras…Amen.

En palabras sencillas, la sabiduría se puede apreciar en los buenos actos de una persona experimentada, que se ha formado en la escuela de la vida, se aprecia en su pensamiento, la forma de vida y en la forma de hablar; se nota en el actuar de personas sencillas, con grandes almas. Se podría hablar mucho más acerca de este maravilloso don, lamentablemente el espacio no alcanzaría para plasmar mis pensamientos sobre ella, solo puedo asegurar que alcanzarla es un anhelo guardado en el corazón y la mente del hombre, que solo con el paso del tiempo y las experiencias vividas, se va formando y fortaleciendo.

“La sabiduría es hija de la experiencia y siempre pide consejo al que sabe corregirse a sí mismo”. Leonardo Da Vinci